¿Por qué el nombre de Bambú?


Dicen que las semillas de bambú tardan varios años en germinar y salir al exterior. Durante los primeros años, que pueden ser hasta 3 o 4, se dedican a crear raíces, a anclarse bien al suelo, a desarrollarse “hacia dentro” y una vez que han conseguido esto, comienzan a crecer y pueden llegar a medir hasta 3 metros de alto en solo cuestión de semanas.
Por otro lado, las ramas de bambú se tambalean con el viento (o cuando los osos panda intentan comérselas🐼😋), pero son muy flexibles y pueden doblarse mucho, siendo más difícil romperlas que cualquier otra rama de otro árbol. Además, si se rompen, como tienen grandes raíces, volverán a crecer de nuevo rápidamente.


¿Y qué tiene que ver esto con lo que yo creo del desarrollo humano o con cómo vivo mi trabajo?


Pienso que una buena intervención con personas nace de la base de acompañar a desarrollarse primero por dentro, conocerse, crear raíces que te hagan estar bien aferrado “al suelo”. Así, cuando salgas al exterior, como hace el bambú, podrás brillar en tu máximo esplendor y, cuando venga el viento o aparezca un “oso panda” que te quiera comer, tendrás más capacidad para doblarte sin romperte o para volver a crecer si efectivamente te rompes